jueves, 20 de marzo de 2014

El tratado de Utrecht

El Tratado de Utrecht supuso un antes y un después en la historia mundial. Tras un año y medio de negociaciones entre diplomáticos de toda Europa se firmó definitivamente la paz en el Ayuntamiento de Utrecht el 11 de abril de 1.713. Esto tuvo consecuencias para todas las partes implicadas y para sus colonias. Con ello se puso fin a una serie de guerras destructivas en las que la persecución religiosa y el afán del poder político iban de la mano. Las negociaciones se prolongaron posteriormente hasta el año 1.715.
A finales de enero de 1.712 llegaron a Utrecht a caballo o en carruaje, a través de la nieve, el hielo y el lodo, diplomáticos de España, de la corte de Luis XIV, de Saboya, de Portugal, de Gran Bretaña y desde más cerca, representantes de la República de los Siete Países Bajos Unidos. Todos perseguían el mismo propósito: acordar el reparto de posesiones (y por lo tanto de poder) con los que todas las partes implicadas tendrían un largo periodo de paz. Y eso fue lo que se consiguió.


Lápida conmemorativa de los 300 años en el Ayuntamiento de Utrecht.

La guerra de los Ochenta años
La República de los Siete Países Bajos Unidos o más comúnmente las Provincias Unidas habían sellado su alianza en 1.579 en la Unión de Utrecht, en plena guerra de los Ochenta años o guerra de Flandes que comenzó en 1.568 y finalizó en 1.648 con el reconocimiento de las Provincias Unidas como un estado, precursor de los actuales Países Bajos. El origen de la guerra fue principalmente por motivos religiosos, con enfrentamientos radicales entre católicos y calvinistas. El líder de la rebelión holandesa fue el noble más destacado, Guillermo de Oranje-Nassau, considerado hoy día como el padre de la patria holandesa. Se estableció la Reforma de la Iglesia como norma, lo que culminó con el rechazo de la doctrina católica y la expulsión del rey Felipe II de España en 1.581. Éste puso precio a la cabeza de Guillermo y tres años más tarde fue asesinado en Delft por Balthasar Gérard, un francés católico que no llegó a cobrar la recompensa puesto que fue capturado y ejecutado. Fue uno de los primeros asesinatos a un jefe de estado por arma de fuego de la historia.



Representación de la Unión de Utrecht en una consola de farola del Oudegracht.

Las provincias del sur, incluyendo las actuales Bélgica y Luxemburgo, a su vez se habían aliado en el tratado de Arras (Atrecht), mostrando su apoyo a la Corona Española y a la Iglesia Católica, por lo que los países bajos quedaron divididos de norte a sur.


Guillermo de Oranje-Nassau, el Taciturno en 1.555.

La guerra de los Ochenta años finalizó en 1.648 con la independencia real de las Provincias Unidas.
La paz se firmó entre España y las Provincias Unidas en 1.648 en el tratado de Münster, en Alemania.
Los Países Bajos se convirtieron en una potencia mundial debido a la armada, la flota mercante y la consecuente expansión en ultramar, experimentando durante el siglo XVII su época dorada.
Para España, mantener la guerra durante tantos años supuso un gasto extraordinario. Con la pérdida de las tierras holandesas entró en bancarrota y dejó de ser la primera potencia marítima mundial.


Representación del tratado de Münster en una consola de farola del Oudegracht.


La guerra de Sucesión 
La guerra de Sucesión Española fue un conflicto que involucró a todas las potencias europeas y tuvo alcance mundial debido a las colonias en ultramar. Comenzó en 1.701 tras la muerte de Carlos II sin dejar descendientes y finalizó en 1.713 con el tratado de Utrecht.


Carlos II de España, el Hechizado.

Las intenciones de Carlos II eran proclamar sucesor universal a su sobrino-nieto José Fernando de Baviera para asegurar el imperio español y su posición en Europa, pero los acontecimientos tuvieron un giro inesperado al fallecer éste de varicela con tan sólo seis años de edad. En el último momento optó por designar antes de su muerte a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia y María Teresa de Austria, infanta de España. A pesar de los conflictos del pasado, Luis XIV era en aquel momento el monarca más poderoso de Europa. La única condición era que no se fusionaran las coronas de Francia y España.


 Luis XIV de Francia, el Grande o el Rey Sol.

La Corona de Castilla y Navarra apoyaba la incorporación de la Casa de Borbón a través del aspirante Felipe de Anjou, que debía para ello renunciar al trono de Francia.
La Corona de Aragón era más partidaria de nombrar nuevo rey al archiduque Carlos de Austria, que era descendiente de Felipe III. El propio Luis XIV tenía inicialmente interés en que así fuera, puesto que con el respaldo de Inglaterra y de las Provincias Unidas evitaban una nueva supremacía de España en Europa, pero finalmente aceptó que su nieto fuese nombrado rey de España, intentando sacar partido a favor de la corona francesa.
Finalmente fue proclamado rey de España Felipe de Anjou, convirtiéndose en Felipe V, el primer soberano de los Borbones y sucesor de los Habsburgo. Su reinado se prolongó 45 años, siendo hasta el momento el más largo en la historia de España.

Felipe V, el Animoso en 1.739.

La guerra de Sucesión se convirtió en un guerra de intereses a nivel europeo y una guerra civil entre las dos coronas españolas. En la Alianza de La Haya de 1.701 se unieron Gran Bretaña, el Sacro Imperio Germánico y las Provincias Unidas neerlandesas preocupados por una posible alianza entre Francia y España. Dentro de España se produjeron numerosas batallas entre las tropas borbónicas o felipistas y las austracistas o carlistas, con victoria rotunda para el bando borbónico.


La batalla de Almansa (1.709), Ricardo Balaca. Palacio de las Cortes de Madrid.

En 1.711 Carlos de Austria se convirtió en el emperador del Sacro Imperio Germánico al morir su hermano el emperador sin herederos. Todavía reclamaba su título de rey de España, con lo que se habría repetido el imperio de Carlos I de España y V de Alemania, un imperio demasiado poderoso y quizás en aquellos momentos demasiado difícil de controlar.


Carlos VI del Sacro Imperio Romano Germánico.


El Tratado de Utrecht
En los tratados de Utrecht y Rastatt (Alemania) se decidió el reparto de territorios que asegurarían la paz por un tiempo.
El Sacro Imperio Germánico absorbía los Países Bajos españoles, el Milanesado, Nápoles y Cerdeña. En cambio España sólo conservaba los territorios metropolitanos (excepto Gibraltar y Menorca, que pasaron a Gran Bretaña) y sus tierras de ultramar. Felipe V fue reconocido como rey de España y se respetó el testamento de Carlos II, prohibiéndose la fusión de las coronas francesa y española.
La gran favorecida en el tratado fue Gran Bretaña, que ganó muchos territorios como la actual Canadá y obtuvo cuantiosas ventajas económicas que le permitieron romper el monopolio comercial de España con sus colonias. Además tenía controlado el mar Mediterráneo con Menorca y Gibraltar.


Traducción al castellano y al inglés de uno de los tratados de 1.713.

Importantes acuerdos generales se firmaron por todas las partes:
-La creencia religiosa nunca más sería un motivo para entrar en guerra.
-Todas las partes debían asistir en armonía, sin humillar ni guardar rencor al "perdedor", colaborando para un nuevo equilibrio de poderes.
-El exitoso enfoque del Tratado de Utrecht fue, por encima de todo, un ejemplo a seguir para la solución de posteriores conflictos. El Congreso de Viena de 1.815 y el Congreso de Berlín de 1.878 siguieron esta línea. También el modelo actual de la Unión Europea se asienta sobre las mismas bases.

Fue notorio que las negociaciones en Utrecht cambiaron la idea de pensar y de hacer. La composición de Händel para la ocasión "Te Deum" recuerda el momento en el que el Tratado de Utrecht cambió el rumbo de la historia mundial.


Conmemoración de los 300 años del Tratado de Utrecht en 2.013.

Se eligió Holanda para las negociaciones porque era la más adecuada frente a las grandes potencias implicadas en la guerra. Los franceses quisieron evitar que fuese en la ciudad del gobierno central de La Haya, por lo que se decidió que fuese Utrecht por su situación y accesibilidad.
El tratado de la Paz de Utrecht trazó las nuevas fronteras de Europa, muchas de ellas siguen hoy día vigentes, como es el caso de Gibraltar con Inglaterra.


Logotipo del 300 aniversario del Tratado de Utrecht.

Las negociaciones tuvieron lugar en el Ayuntamiento de Utrecht, que por aquel entonces tenía dos grandes puertas de acceso que fueron debidamente ornamentadas para la ocasión. La recepción de los diplomáticos era ceremonial. Las conversaciones se hicieron en francés, el idioma de la élite de aquella época. En los registros del secretario de la ciudad consta que uno de los representantes españoles hablaba muy mal el francés.


Vista nocturna del Ayuntamiento de Utrecht.

Utrecht fue el centro de Europa aquel año. Con las numerosas negociaciones hubo gran cantidad de actos festivos que se celebraron por toda la ciudad. Los protestantes, poco dados a los festejos, hicieron una excepción y se permitió la representación de obras teatrales y otras actividades de ocio como eventos musicales y fuegos artificiales.
Para la ciudad, que entonces contaba con unos 30.000 habitantes, supuso un gran impulso económico.
Con la llegada de los representantes de los distintos países se alquilaban las grandes casas de la ciudad, se empleaba personal de mantenimiento, y todos los gremios desde los panaderos hasta las señoritas de compañía hacían negocio de la ocasión.


Ilustración de los festejos con motivo del Tratado de Utrecht.

El propietario de un negocio de coches de caballos del centro de Utrecht, impresionado por todo lo que estaba sucediendo, mandó construir una banderola de piedra con la inscripción T VREDEJAER 1713 (El año de la paz 1.713), colocándola sobre el portón de su fachada. Aunque el edificio con la inscripción fue derribado en el siglo XIX, se conserva un dibujo hecho por el historiador Nicolaas van der Monde en 1.840.


Dibujo de Nicolaas van der Monde de 1.840.

Con la conmemoración de los 300 años del Tratado de Utrecht, se ha hecho una réplica de la banderola de piedra y se ha colocado donde alguna vez estuvo aquella cuadra.


Réplica de la banderola de piedra de 1.713 con motivo del 300 aniversario del Tratado de Utrecht.



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domingo, 2 de marzo de 2014

Cervezas con historia

En la Edad Media la cerveza era la bebida del pueblo por excelencia, debido en gran parte a la escasez de agua potable. Otras alternativas como el te, el café, la limonada o el vino sólo estaban
al alcance de los ricos. Incluso los niños bebían cerveza en una preparación de menor graduación.
Aunque un precursor de la cerveza era elaborado desde miles de años antes de Cristo, no fue hasta la baja Edad Media cuando se originó la cerveza como la conocemos hoy día. Fue en Alemania donde se comenzó a fermentar la cebada con lúpulo, que le confiere su sabor amargo característico. Sin el lúpulo, la fermentación de cebada no deja de ser un vino de malta. A lo largo de los siglos se ha ido adaptando y redescubriendo la elaboración de cerveza, apreciada en todas las culturas.

Elaboración artesanal de cerveza en la Edad Media.

En 1.610 había en Utrecht 22 cervecerías, la mayoría de ellas en el Oudegracht, el auténtico alma de la cerveza en la ciudad. Con el paso del tiempo esta cifra fue descendiendo. Además algunas de las fábricas de cerveza se trasladaron a las afueras de la ciudad debido a las altas tasas de impuestos que tenían que afrontar.
El término brouwerij indica que la cervecería fabrica su propia cerveza y no sólo es un distribuidor o un local donde se consume.

En la casa del Oudegracht 55 hubo hasta 1.750 una cervecería. Primero se llamó Cranesteyn, por la familia Die Craen que fueron los que edificaron la casa. El primer encargado de la cervecería fue Herman de Poll, allá por el año 1.580. A partir de 1.640 pasó a llamarse De Werrelt (El mundo).

Brouwerij De Wereld, Oudegracht 57.

En la consola se han representado dos monjes bebiendo cerveza. Los conventos antiguamente tenían su propia producción de cerveza. Los monjes disponían de materia prima en abundancia y condiciones fiscales muy ventajosas. Famosos son los exclusivos procedimientos de fermentación de los conventos, utilizados en la actualidad como imagen comercial para cervezas de elaboración más selecta. Esto originaba un conflicto de intereses con los elaboradores laicos que tenían que pagar grandes cantidades de impuestos, lo cual les llevó a producir una cerveza más barata y más refrescante. La cerveza de los monasterios era más densa, más aromatizada y más cara.
En el siglo XIX los cerveceros checos y alemanes inventaron una cerveza más clara. Se empezó a utilizar los recipientes transparentes y la imagen cobró también importancia. Esto se consiguió alargando la maduración a bajas temperaturas, obteniéndose así la cerveza Lager, que es la mayor parte de la producción de cerveza industrial actualmente.

En el Oudegracht 270 se encuentra la casa De Witte Leeuw (El león blanco) , que allá por el año 1.583 funcionaba como una fábrica de cerveza propiedad de Hendrick de Roy. El callejón que daba a la fábrica tomó el nombre de éste: callejón de Hendrik de Roy. Su hija Geertruyt se casó en 1.600 con el pintor Abraham Bloemaert. Los herederos de Roy vendieron la finca en 1.616. Geertruyt y Abraham se compraron con su parte una bonita casa en Mariaplaats (calle de la iglesia de Santa María).

La consola de El león blanco se colocó en 1.964.

Desde 1.584 se localizaba la fábrica de cerveza De Boog (El Arco) en el Oudegracht 367. A lo largo de los años fue aumentando su producción, por lo que absorbió las casas colindantes para expandirse. La fachada actual del edificio es del siglo XVIII. En 1.761 dejó Willem de Kock la fábrica en su testamento a la asociación parroquial. Eso permitió la construcción en la parte trasera de la fábrica entre 1.842 y 1.867 del barrio de trabajadores De Zeven Steegjes (Los siete callejones). Trabajadores de la antigua fábrica también fueron a vivir a este barrio. Algunos nombres de estos siete callejones hacen referencia a la fábrica de cerveza: Boog (arco), Mout (malta), Hop (lúpulo), Brouwer (fabricante de cerveza). En 1.897 se derribó la fábrica de cerveza. El barrio de los siete callejones fue vendido al ayuntamiento de Utrecht en 1.952.

Edificio de la antigua fábrica de cerveza De Boog.



De Zeven Steegjes (Los sietes callejones).


Durante los siglos XVII y XVIII había en el Oudegracht 23 una taberna llamada De Swaen (El cisne). Para representarlo, Bürgi realizó en 1.964 una consola en la que aparecen Leda y el cisne de la mitología griega. El dios Zeus sedujo a Leda en forma de cisne. De su amor nació Helena, la mujer más bella del mundo y que ocasionó la guerra de Troya al ser secuestrada por el príncipe Paris.

Leda y el cisne


En 1.897 se fundó la cervecería con fabricación propia en el castillo de Oudaen, por lo que en el Oudegracht volvía a existir una fábrica de cerveza artesana tras un largo periodo sin fábrica alguna. Actualmente el Stadskasteel Oudaen cuyos orígenes se remontan al siglo XIII, es uno de los locales más concurridos de la ciudad.

El castillo de Oudaen se localiza en el Oudegracht 99.

En la calle Lange Nieuwstraat hay una posada desde 1.687 que se llamaba De drie dorstige harten (Los tres ciervos sedientos). Ésta tenía su abastecimiento de cerveza en una fábrica a la espalda, en el Oudegracht.  Para acceder allí había que pasar por una callejuela estrecha donde en aquella época se encontraba una iglesia de la orden de los dominicanos, por eso la gente comenzó a llamar al callejón Dorstige Hartsteeg (El callejón del ciervo sediento). En la actualidad "ciervo" se escribe Hert y no Hart como en la época medieval, que significa "corazón". El callejón se quedó hasta nuestros días con ese nombre y la iglesia fue derribada en el siglo XIX pasando a ser una carpintería y después otras diversas empresas como una fábrica de tabaco. El patio de la antigua iglesia se ha quedado convertido en la plaza Dorstige Harthof. 

Actual taberna de Los tres ciervos sedientos.

Consola en el Oudegracht, homenaje a la taberna De drie dorstige harten.

En el corazón de Utrecht, junto al ayuntamiento, se encuentra el local con más tradición y más polifacético de la ciudad: Winkel van Sinkel (la tienda de Sinkel). En 1.839 se inauguró esta galería de tiendas, la primera en Holanda, en un ambicioso proyecto comercial que tenía por lema "el lugar donde se puede comprar de todo". Se construyó un gran edificio de estilo neo-clásico, que incluía en su fachada las conocidas cariátides provenientes de Inglaterra. En la actualidad ha evolucionado a un espacio multicultural que combina la restauración y la gastronomía con el desarrollo de talleres y cursos de cocina o bailes de salón.

Vista nocturna de Winkel van Sinkel.

El edificio había sido anteriormente un hospicio (Sint Barbaragasthuis). Antiguamente muchas instituciones veneraban a santa Bárbara para pedirle salud. Por eso se colocó enfrente en 1.964 una consola que representa a santa Bárbara. Según la leyenda santa Bárbara vivió en el siglo III en la actual Turquía. Su padre era un rey sátrapa que la encerró en una torre para evitar que se convirtiera al cristianismo, pero ella construyó tres ventanas en honor a la Santísima Trinidad. Cuando su padre lo descubrió montó en cólera y quiso llevarla a los tribunales por desobediencia, pero santa Bárbara huyó. Finalmente fue atrapada, torturada y decapitada por su propio padre. A éste, como castigo divino, lo fulminó un rayo. Santa Bárbara se convirtió entonces en la patrona protectora de la muerte inesperada, como la provocada por un rayo. También fue la patrona de las tormentas y de las profesiones que manejan explosivos, por lo que en la consola se representa además un cañonero con su artillería.

Santa Bárbara, consola de farola en el Stadhuisbrug.


El café-bar Olivier es un local especial que combina el ambiente de una cervecería belga con el legado de una iglesia del siglo XVII. Este singular espacio ha sido elegido como el mejor bar de Holanda durante 2.014.

Interior del café-bar Olivier.

La iglesia de Santa María Menor (para diferenciarla de la cercana desaparecida iglesia de Santa María que formaba la cruz de iglesias) se originó en el siglo XVII como iglesia de culto clandestina, ya que los católicos en esa época no podían manifestar sus creencias abiertamente. Se utilizó para ello la casa del siglo XI Clarenburg, manteniendo por fuera el aspecto de una casa normal.
En 1.723 pasó a pertenecer a la Iglesia Católica Antigua tras el cisma de la Iglesia Católica Romana, que culminó con la formación en 1.889 de una agrupación de iglesias cristianas en la Unión de Utrecht. Esta nueva iglesia está en plena concordancia con las iglesias anglicanas. El aspecto fundamental de este cisma es la no aceptación de la infalibilidad papal. Otras dos iglesias en Utrecht se convirtieron, Jacobusparochie (que en la actualidad se ha restaurado como vivienda) y Gertrudiskapel, precursora de la adyacente actual catedral de la Iglesia Católica Antigua de Santa Gertrudis, construida en 1.912. Se erigió en estilo neo-románico, como tributo a la desaparecida cercana iglesia de Santa María la Mayor. Todo el inventario de la iglesia de Santa María Menor fue trasladado a la nueva catedral. Hay más de 1.700 reliquias, entre las que se dice que se encuentra un trozo de costilla de San Willibrord, el evangelizador y primer obispo de Utrecht.
El órgano de Santa María Menor no se trasladó, data de 1.890 y puede contemplarse en el bar Olivier.

Fachada del Olivier.

En De Meern, un barrio periférico de Utrecht, se encuentran actualmente dos cervecerías con producción propia, es decir que son brouwerijen.
Una es De Leckere, que elabora nueve tipos de especialidades de cerveza y una pils. Fue la primera cervecería biológica en elaborar nuevas especialidades. Todas tienen nombres que rememoran la tradición cervecera de Utrecht como Paulus (por la abadía de San Pablo), Witte Vrouwen (por el convento Wittevrouwen, donde las hermanas vestían un impecable atuendo de color blanco puro) o Pontificale (en honor al único papa de origen holandés Adriano).
La otra cervecería está junto al recientemente inaugurado parque de la reina Máxima y se llama en su honor Maximus. Con vapor elaboran las cervezas de forma artesanal en calderas de cobre. Estas especialidades se pueden degustar allí mismo o cada vez en más locales de la ciudad. También aquí utilizan nombres robustos como PandoraBrutus o Stout 6 (Pícaro 6).




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